El feminismo en estos tiempos (o quizás debería decir que siempre lo ha sido) se ha convertido en una palabra impronunciable (the F word). La juventud acepta mucho más la “igualdad” que el feminismo, aún estando mayoritariamente de acuerdo con lo que la palabra significa. En este contexto, me reivindico, más que nunca, “yo feminista”. Porque tengo muy claro que el objetivo del feminismo como movimiento social y teoría política: esto es la lucha contra la discriminación de las mujeres por el mero hecho de serlo, está muy vigente en nuestra sociedad. A veces es cansado tener que, continuamente, luchar contra los prejuicios de la gente en relación con el feminismo. Ya sabeis lo que quiero decir, eso de: “No, el feminismo no es como el machismo pero al revés“…y todo eso, pero he llegado a la conclusión de que hay que hacerlo, hay que explicarlo y qué mejor manera que hacerlo desde aquí. Así que, lo dicho, yo sí soy feminista y a mucha honra, y gran parte del entorno que me rodea también, aunque todavía no lo saben o no quieren saberlo…
Así que con este objetivo empiezo el blog, que tiene la intención de compartir cuestiones que me preocupan, me inquietan o me suscitan una reflexión en relación al feminismo, y quizás a otros temas también, con quien esté interesado/a, simplemente eso.
Aquí os cuelgo un interesante artículo de la académica noruega Toril Moi sobre este mismo tema: la conversión del “feminismo” en la palabra maldita. El artículo está en inglés, intentaré colgar pronto su traducción al castellano. Disfruten…
http://www.torilmoi.com/wp-content/uploads/2009/09/Moi_PMLA_2006.pdf